lunes, 12 de abril de 2010

Hernán Rivera Letelier gana el premio Alfaguara


Hernán Rivera Letelier gana el premio Alfaguara
El autor chileno narra en 'El arte de la resurrección' las peripecias de un iluminado en los remotos territorios de las salitreras chilenas
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 22/03/2010

Humor, surrealismo y tragedia en una geografía personal. Así es El arte de la resurrección, la novela con la que el escritor chileno Hernán Rivera Letelier acaba de ser galardonado con el Premio Alfaguara 2010 , dotado con 175.000 dólares (unos 129.279 euros) y una escultura de Martín Chirino.


"Trabajé en el desierto más cabrón del mundo"

Ambientada en el desierto chileno en la primera mitad del siglo XX, la novela narra las peripecias de un iluminado, Domingo Zárate Vera, conocido como el Cristo de Elqui, un vagabundo que se cree la reencarnación de Cristo y que desde los 33 años lleva 10 predicando por las tierras chilenas, se entera de que en una de las oficinas salitreras vive una prostituta que siente veneración por la Virgen del Carmen y a la que sus clientes consideran una verdadera creyente. Domingo, que ya ha tenido una serie de discípulas-amantes, va en busca de ella para convencerla de que le acompañe en su sagrada misión de advertir a las gentes de la inminente llegada del fin del mundo.

Crónica social y realismo mágico


En palabras del jurado, presidido por Manuel Vicent y compuesto por Soledad Puértolas, Gerardo Herrero, Juan Miguel Salvador, Juan Gabriel Vásquez y Juan González, El arte de la resurrección mezcla la crónica histórica y social con elementos del realismo mágico. Su fuerza está en sus personajes; sobre todo, en el Cristo que recuerda a otros de Valle Inclán, García Márquez o Vargas Llosa.

Hernán Rivera Letelier es autor de la novela La Reina Isabel cantaba rancheras, premiada por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura en 1994, y es una de las obras literarias de más vasta difusión de la narrativa chilena reciente. El mismo Consejo premió dos años después Himno del ángel parado en una pata. A ambas le siguieron: Fatamorgana de amor con banda de música (1998); el libro de cuentos Donde mueren los valientes (1999); Los trenes se van al purgatorio (2000); Santa María de las flores negras (2002). Canción para caminar sobre las aguas (2004), Romance del duende que me escribe las novelas (2005), El fantasista (2006), Mi nombre es Malarrosa (2008) y La contadora de películas (2009). En 2001, Rivera Letelier fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia.

Entre los ganadores del Premio Alfaguara de Novela hay autores como Eliseo Alberto, Sergio Ramírez, el propio Manuel Vicent, Clara Sánchez, Elena Poniatowska, Tomás Eloy Martínez, Laura Restrepo, Santiago Roncagliolo y Andrés Neuman.

Las apuestas literarias no consideraban a un chileno. Los periodistas argentinos que asistieron ayer a la mañana a la videoconferencia que se iba a emitir desde España, y en la cual se anunciaría al escritor que se adjudicaría el Premio Alfaguara de Novela 2010, mientras mordían unas empanadas de verduras o digerían un café, especulaban con el triunfo de un escritor español. Acordaron que, si el año pasado ganó Andrés Neuman, un argentino de nacimiento, esta vez, por la justicia silenciosa que rige estos concursos, un español se llevaría los 175 mil dólares y un año garantizado de éxito editorial. Pero al rato, por una pantalla, apareció la despejada cabeza del presidente del jurado, señor Manuel Vicent, quien puso la voz imponente de un notario del arte y notificó la sorpresa: “La novela ganadora se llama El arte de la resurrección y corresponde al escritor Hernán Rivera Letelier”. En la sede argentina de Alfaguara, un solo hombre, un periodista cortito, empuñó una mano y sonrió en un rincón. Era un chileno que festejaba que, por primera vez en la historia de este premio, que lleva trece ediciones, había ganado un compatriota. Había ganado un chileno o, más bien, había ganado un chilenísimo, un señor criado a golpes en el norte de Chile, en pleno desierto, en los márgenes de una pampa salitrera donde trabajó muchos años. Ganó, en suma, un ex minero del salitre, un hombre de casi sesenta años que se describe a sí mismo con dureza, pues dice que la cartografía de su vida se le pegó en la cara. El ganador del Premio Alfaguara dice que parece boxeador y que nunca jamás parecerá escritor. Ese hombre ganó y, al fin, la cultura chilena tuvo un día feliz.

“Esta novela es una gran pieza literaria que narra las andanzas de un iluminado Cristo de Elqui”, explicó Manuel Vicent. Dijo, además, que la novela posee un gran aliento narrativo, inventa una geografía personal y tiene humor dentro de la tragedia. La novela trata de Domingo Zárate Vera, un vagabundo que a principios del siglo pasado se apoderó de un delirio y, de pronto, sin un motivo verídico, proclamó que era Cristo, el Cristo de Elqui. Y, mientras este hombre vagaba por el desierto chileno predicando, se relaciona con una prostituta beata, Magdalena Mercado, quien al fornicar tapa con un terciopelo azul la imagen bendita de la virgen del Carmen.

Entonces, en Madrid, alguien avisó: “Tenemos a Hernán en el teléfono”. El premiado se puso al teléfono desde el norte de Chile y, por la paz interior que transmitía su voz, daba la impresión de que todos los lunes a Rivera Letelier lo despiertan para avisarle que ha ganado un premio. “Estoy feliz”, dijo con calma y luego lanzó una frase coherente con ese libro cuyo protagonista un Cristo: “El premio es un milagro”. Y ahí, este autor de doce novelas pampinas, siempre protagonizadas por el desierto, empezó a charlar. Dijo que Cristo, su Cristo, sí existió en Chile y que fascinaba a la gente con sus prédicas. Alguien le preguntó por la presencia de una puta y Rivera Letelier se encendió: “En Chile hay gente que dice que soy un escritor de putas. Siento mucha admiración por las putas. En todas mis novelas hay putas, putas de la pampa”. Le preguntaron por sus influencias y asumió a sus padres con ambición: “Soy hijo de los escritores del b oom. Mi sueño es lograr lo maravilloso de García Márquez, lo mágico de Rulfo, lo lúdico de Cortázar y la sabiduría de Borges”. Le dijeron: ¿qué es el desierto para usted? Y el escritor no dudó un instante: “Yo soy el desierto. Yo me crié en el desierto. El desierto me enseñó todo lo que sé”.

Y desde la ceremonia de Madrid otras voces intervinieron en la conversación. Santiago Roncagliolo pidió un micrófono: “Conozco tu trabajo, Hernán. Me encanta que hayas ganado”. Arturo Pérez-Reverte alzó su vozarrón: “No sé si te acuerdas de mí. Nos conocimos en Santiago, en un subterráneo”. Andrés Neuman entregó el consejo de un premiado: “No factures nunca el equipaje en las giras”. Y Juan Cruz, periodista, fue directo: “Tienes nombre de chileno. Enhorabuena”. Y todos coordinaron su felicidad y terminaron con un aplauso.

Ganó un chileno cuya verdadera patria es la pampa del norte. Un señor de rulos, hijo de evangélicos, sin estudios de ningún tipo, que se viste con un saco de cuero que lo cubre del viento del desierto y que les leía poemas a los mineros. Ganó un hombre que se educó solo, que terminó el colegio cuando era adulto y que todavía, con todos los halagos que ha recibido, no se considera un escritor. Ni ahora ni nunca. Él, simplemente, es un ex minero chileno que cuenta las historias que ocurren en el desierto.

Una infancia de pobreza, salitre y poesía

Hernán Rivera Letelier nació en Talca, en 1950, pero rápidamente emigró con su familia al norte chileno. Su infancia la vivió con pobreza en la oficina salitrera Algorta. Luego se radicó en Antofagasta y, con sus padres fallecidos, fue un niño que subsistió con cualquier empleo. Vendió diarios, fue mensajero de empresas mineras y, por años, trabajó en salitreras.

A la literatura ingresó por la poesía. Su primera publicación fue Poemas y pomadas (1988). Más tarde irrumpió en la narrativa chilena con La reina Isabel cantaba ranchera (1996).

Años después Rivera Letelier, caracterizado por un estilo barroco y el humor de sus personajes, consolidó su obra con novelas como Himno del ángel parado en una pata (1996) o El fantasista (2006), entre tantas otras que le han valido premios en Chile .
Fue nombrado Caballero de la Orden de las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia. Hoy está radicado en Antofagasta. Vive exclusivamente de la literatura, está casado y tiene cuatro hijos. Su gran pasión sigue siendo el desierto.

LOS ENIGMAS DE LAS SOCIEDADES SECRETAS
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sábado, 10 de abril de 2010

TARAPACÁ: REGIÓN EN CONFLICTO (1911-1929)


TARAPACÁ: REGIÓN EN CONFLICTO (1911-1929)
Sergio González Miranda*
Este artículo abordará el problema social, con consecuencias internacionales y regionales, que se generó en los territorios peruanos ocupados por Chile después de terminada la Guerra del Pacífico, según los acuerdos del Tratado de Ancón. Se analiza especialmente el caso de la provincia de Tarapacá.
Dicho problema social tuvo fundamentalmente dos períodos en Tarapacá.: uno, entre 1883 y 1910, de tolerancia cultural e internacionalismo obrero; dos, entre 1911 y 1929, de chilenización violenta y nacionalismo generalizado. El artículo se centrará en este segundo período por el conflicto interno y externo que provocó la acción nacionalista contra la población regional de origen peruano. Se analizará específicamente el rol desempeñado por la Ligas Patrióticas chilenas y el drama social de los refugiados tarapaqueños en el Callao-Perú, especialmente sus problemas de identidad regional.
Como las provincias de Arica y Tacna han sido tratadas por investigaciones historiográficas peruanas, se prefirió concentrar el estudio sólo en la provincia de Tarapacá. Se analizarán los cambios territoriales y culturales vividos por esta provincia durante el proceso de chilenización, específicamente se discutirá el paso de una región pluriétnica y multinacional a una región asimilada al Estado-Nación chileno, especialmente la desaparición de la identidad regional “tarapaqueña”.
INTRODUCCIÓN
La guerra del Pacífico cambió el mapa de Sudamérica a partir de 1883: Bolivia perdió la provincia de Antofagasta y de paso su litoral; Perú por su parte entregó a Chile la provincia de Tarapacá en forma incondicional y perpetua, y por un lapso de diez años (que se alargaron a nada menos que a 45 años) las provincias de Arica y Tacna. Chile definió su frontera norte en el río Sama e incorporó a Tarata, sin estar ésta considerada en el Tratado de Ancón, es decir, aumentó temporalmente su territorio aproximadamente en un tercio.
El cambio de soberanía de un territorio no es un problema meramente político-administrativo, sino fundamentalmente social y cultural, especialmente en los territorios donde la población originaria es numerosa y/o mayoritaria, como en Tacna, Arica y Tarapacá (1) una vez concluida la guerra del salitre.
Antofagasta antes de la guerra, estaba habitada mayoritariamente por chilenos, especialmente en la costa(2). Por ende, el paso de la soberanía boliviana a la chilena no fue tan extraña para los habitantes de Antofagasta. El conflicto de nacionalidades se había vivido años antes (Pinto y Valdivia; 1984).
Tacna estuvo 45 años en posesión chilena, dejando una huella menos profunda de lo que se pudiera pensar después de conocer el proceso de chilenización violenta ejercido en esa provincia (Palacios; 1974). Por el contrario, Arica fue completamente chilenizada y escindida de su gemela Tacna con la cual mantenía una relación complementaria y mutuamente necesaria, como la que suelen tener los valles con los puertos de embarque. A esta separación se le agrega la anexión de la provincia de Arica a la de Tarapacá, generando para ambas una larga tensión interna que la nueva región resultante ha vivido conflictivamente hasta nuestros días. La separación histórica de la provincia de Arica con la de Tarapacá, ha sido definida geográficamente por la profunda quebrada de Camarones que tiene raíces precolombinas (Arévalo, P. 1993) y culturales (3). En este contexto, Arica quedó además, excluida del ciclo del salitre, involucrando solamente a Tarapacá y Antofagasta (Bermúdez, O. 1966).
Es curioso que desde 1883 y hasta diez años después momento en el cual debería realizarse el plebiscito por el destino de Tacna y Arica hubo un proceso pacífico de coexistencia de peruanos y chilenos (Blackmore; 1991:13-127), pudiéndose alargar ese período incluso hasta el centenario de la República, durante el cual se levantan voces nacionalistas vinculadas a la cuestión social(4), pero que, en Tarapacá, a partir del incidente del consulado chileno en el Callao (Basadre; 1968:165) se orienta a la cuestión internacional. A partir de ese momento, comenzó el proceso de chilenización violenta, provocando un cambio cultural significativo en la provincia, tanto por el carácter hegemónico del Estado-Nación (Góngora; 1990) chileno como por el movimiento anti-hegemónico peruano, representado por diversos grupos sociales tales como maestros, curas, empresarios, etc. Esta hipótesis sobre el proceso de chilenización en Tarapacá se aproxima a la hipótesis que algunos autores peruanos tienen para el caso de Arica-Tacna, V. gr. “afirmar que la conducta de Chile en las provincias de Tacna y Arica a lo largo del cautiverio siguió una línea uniforme, es apartarse sensiblemente de la verdad. No; en este proceso denominado de la chilenización se descubren, al menos así lo vemos nosotros, dos etapas con características claramente definidas. Una que se inicia desde el momento mismo de la ocupación legal (en virtud de la cláusula entera del tratado de Ancón) y que llegó hasta fines del XIX; y otra que empieza a comienzos de este siglo, después del rechazo del protocolo de Billinghurst-Latorre por la Cámara de Diputados de aquel país, y que perduró hasta 1929 en que se soluciona definitivamente el problema.” (Palacios; 1974:55)
TARAPACÁ: EL DIOS CAUTIVO
La anexión de Tarapacá para Chile fue entendida como soberana, en cambio para Perú fue entendida como cautiverio. De todos modos, para ambos países, el status de Tarapacá era mucho más claro y definido que el de Arica y Tacna; sin embargo, Chile debía resolver el problema de una región cuya población de nacionalidad peruana y boliviana sumadas, era mayoritaria.
Ya en el período chileno, según censos ordenados por los jefes políticos de la provincia, las cifras de trabajadores difieren de las cifras de población, por ejemplo, en agosto de 1889 la composición fue la siguiente: 7.648 chilenos, 1.233 peruanos y 2.806 bolivianos (Diario Oficial de Chile).
Sumado a lo anterior, las salitreras al ser extensivas en mano de obra, demandaron durante todo el ciclo económico de trabajadores chilenos, peruanos y bolivianos, especialmente a través de enganches, provocando permanentemente conflictos: en los momentos de auge salitrero, competencia entre los patrones por obtener mano de obra, y en los momentos de crisis, competencia entre los trabajadores por obtener puestos de trabajo. En tiempos de crisis son recurrentes las denuncias de trabajadores chilenos a administradores peruanos de favorecer a sus connacionales. Estas denuncias fueron utilizadas por las Ligas Patrióticas como argumentos para expulsar a ciudadanos peruanos.
Antes de terminada la guerra, rápidamente se restableció el orden social y económico en Tarapacá, ya a fines de 1879 la mayoría de las oficinas salitreras estaban trabajando y exportando salitre. También continuaron editándose periódicos y funcionando colegios peruanos, donde la bandera de ese país ondeaba en edificios y casas particulares, las festividades patrias del 28 julio en la pampa salitrera era motivo de paralización de faenas. También siguieron ejerciendo su magisterio curas peruanos, especialmente en los valles interiores. El club peruano seguía siendo un lugar de reunión social muy importante para la sociedad Tarapaqueña y, por cierto, las familias adineradas de esa nacionalidad influían en lo social y cultural de la provincia, más aún si estaban emparentadas con súbditos británicos. Sólo para el caso de la ciudad de Iquique: existían dos Logias Masónicas para 1907 dependientes del Gran Oriente del Perú.
En dicha época los obreros se organizaban en mutuales buscando una protección social y laboral, una de ellas se llamaba “Peruana de Socorros Mutuos”. La aristocracia local a su vez lo hacía en Clubes o Filarmónicas, uno de esos clubes sociales era el “Peruano”. Pero no solamente existía este Club social entre los grupos de poder de la provincia, había un club de fútbol llamado “Peruvian”. Por cierto, la colonia peruana tenía un diario denominado “El Norte” cuyo redactor era don Felipe Revoredo y un periódico “La Voz del Perú” de propiedad de don Santiago Méndez. También existió un influyente círculo literario denominado “El Ateneo” donde participaban importantes miembros de la colonia peruana, entre los cuales se destacó don Guillermo Billinghurst, quien fuera alcalde de Lima y posteriormente presidente de la República del Perú. Las damas peruanas tenían su propia Sociedad, que se llamaba “Sociedad Peruana de Señoras y Socorros Mutuos”, quienes hasta 1907 realizaban bailes y juegos para las fiestas patrias del Perú sin restricciones municipales. Para 1907 la colonia peruana de Iquique tenía un colegio de niños, que funcionaba en los altos de la Bomba Peruana N° 10; así también en los valles interiores funcionaban colegios particulares con maestros o maestras de origen peruano (González; 1997).
Al confundirse la cuestión social con la cuestión nacional en Tarapacá, el nacionalismo y el símbolo patrio (González; 1995) encontraron un lugar más propicio para asentarse en la sociedad civil Tarapaqueña. Entre los primeros efectos observados fueron la desaparición de las mancomunales (1910), que fue el principal movimiento obrero internacionalista de la época y la expulsión por las Ligas Patrióticas (1911) de los primeros tarapaqueños de origen peruano. La violencia producto de la rápida chilenización en este período llevó al gobierno del Perú a romper relaciones diplomáticas con Chile en marzo de 1911, cuyo motivo específico fue la expulsión de los curas peruanos de Arica y Tacna. Expulsión de la que no es ajeno el Vicariato Castrense chileno con sede en Arica y Tacna y creado en 1904.
Variados acontecimientos marcaron la violencia hacia 1911 y años posteriores. Ese año desapareció el periódico “La Voz del Perú” y la Escuela para niños peruanos en Iquique. También se clausuraron las primeras escuelas particulares en los valles interiores y se atacaron a los Clubes sociales y comercio peruanos en Iquique y Pisagua.
Se fundó la Sociedad “La Mano Negra” el 3 1 de mayo de 1911. Y comenzó la aparición de periódicos patrióticos que hostigaron a la población de origen peruano, con el propósito de obligarlos a marcharse de la provincia. Periódicos como: El Corvo, El Ajicito, La Liga Patriótica, El Chileno, El Roto Chileno, El Eco Patrio, El Lucas Gómez.
Esto llevó a una resistencia activa por parte de la población de origen peruano, especialmente aquella que se podría definir de ilustrada: curas, empresarios y maestros. Pocos son los casos de obreros acusados de nacionalistas o de instigadores, pero no por ello estuvieron al margen de la persecución, especialmente en los años de crisis económica salitrera cuando fueron el principal blanco de la repatriación. Un grupo organizado de tarapaqueños en Lima, liderado por Ezequiel Ossio, llegaron a presentar un Memorial al presidente de los Estados Unidos, país mediador en el conflicto diplomático entre Perú y Chile por las provincias en litigio. Los tarapaqueños que se resistieron en sus pueblos, valles o campamentos a la xenofobia de grupos nacionalistas chilenos lo hicieron más bien por defensa de una identidad local o regional que nacional; lucharon más por ser tarapaqueños que peruanos. En ese regionalismo, los tarapaqueños refugiados en el Perú, especialmente en el Callao donde llegó el grueso de los expulsados, ha seguido identificándoles hasta nuestros días.(5)
EL REGIONALISMO DE LOS REFUGIADOS DEL CALLAO-PERÚ
Tarapacá fue denominada insistentemente “provincia cautiva” por los discursos del Presidente Leguía y otros políticos peruanos de la época. En los principales libros de investigadores peruanos sobre el conflicto chileno-peruano, a Tarapacá se le conoce por ese nombre. El libro de registro civil de Lima donde se inscribieron los refugiados sin documentación en regla, se le conoce como de “las cautivas de Tarapacá”. Sin embargo, previo al acuerdo del 1929, ese término desaparece de los discursos oficiales, y Tarapacá quedó notoriamente fuera de toda reivindicación peruana, centrándose el interés sólo por Arica-Tacna, reconociendo de ese modo los términos del Tratado de Ancón que en su artículo 2 dejaba bajo soberanía chilena a perpetuidad, la provincia de Tarapacá.
El más duradero de los cautiverios ha estado en la mente de los propios tarapaqueños refugiados que, a pesar de los años, no olvidan su identidad forjada en el siglo pasado y comienzos de éste en la pampa del Tamarugal y en la costa salina de Tarapacá. Como el regionalismo es un sentimiento, la idea, la imagen de Tarapacá, se transformó en una obsesión, en una fe, la “patria chica” como ellos le llamaban y le llaman aún se endiosa y se transforma en un motivo cotidiano de vivir.
Lima, y específicamente el Callao, fue el destino escogido por los refugiados de Tarapacá, pero también otros lugares del Perú como Moliendo y Arequipa. Aquellos se hallaron ubicados en cines, manicomios, escuelas, verdaderos albergues provisorios que se tornaron permanentes por la falta de empleo, generando una nueva frustración en los refugiados. Enfrentados a este problema y al convencimiento que Tarapacá no sería devuelto al Perú, el gobierno de A. Leguía decretó la Ley N° 5443 del 13 de marzo de 1926, que concedió terrenos de 300 metros cuadrados a las familias de tarapaqueños pobres. Una vez realizado el empadronamiento de aproximadamente 418 lotes, se adquirió el 18 de julio de 1929 (aprovechando tal vez los recursos provenientes del propio tratado con Chile), el fundo “La Chalaca” ubicado en el Callao. Recién en 1948 se autorizó a los tarapaqueños a ocupar sus lotes (6). De éstos emergió la Urbanización Tarapacá. La cantidad de repatriados que llegaron a Lima-Callao varía según la fuente: según el diario La Voz del Sur fueron 13.000 (31 de marzo de 1921) y El Tarapaqueño del Callao anuncia 40.000 (21 de octubre de 1971).
En la urbanización “Tarapacá”, están todavía los refugiados, a más de setenta años de las últimas expulsiones haciendo reuniones, conmemorando fechas, realizando bailes a beneficio como en las viejas mutuales, y recordando una tierra que ni siquiera algunos conocen. Sin embargo, el “ser tarapaqueño” los hace distintos en el Callao, diferentes en Lima, doblemente peruanos en el Perú y un poco chilenos en la intimidad familiar.
Allí están las calles con sus nombres tarapaqueños, Iquique, Canchones, Huara, etc., un espacio virtual de la provincia que sus abuelos, sus padres o ellos mismos, cuando niños, abandonaron un día, pero que nunca la dejaron del todo.
Como las razones de la expulsión-partida fue una mezcla de razones patrióticas y motivos económicos, posiblemente ello mismo exacerbó el sentimiento asociado al regionalismo y avivó la llama de la identidad tarapaqueña, resistiéndose y complementándose a otras identidades a nivel meso como la de ser “chalaco” (Callao) o Limeño. Quizás podríamos decir -como BenedictAnderson se refirió a las comunidades que originaron el nacionalismo- (Anderson; 1993) que los tarapaqueños del Callao “imaginaron” y continúan imaginándose una región que ya no existe en el territorio que abandonaron un día, pero en cambio han construido una comunidad que es real, posee identidad, organización, son todavía un movimiento social que se diferencia de todas las demás comunidades que conforman la sociedad peruana contemporánea. En otras palabras, los tarapaqueños del Callao son una comunidad real, con un sentimiento regionalista de gran profundidad histórica, construido en base a una región imaginada. Recorrer las calles de la urbanización Tarapacá es recordar; cada calle tiene el nombre de un pueblo, de un valle, de un toponimio tarapaqueño. La mayoría de los vecinos tienen raíces y tienen dolores que vienen de Tarapacá, pues dejaron familiares, dejaron pertenencias, dejaron vivencias, dejaron lo que no querían dejar, sus hogares, sus amigos. Ya por la cruz de alquitrán, pintadas en las puertas por las Ligas Patrióticas, ya por sus propios temores o por la crisis, y aprovechando las facilidades de transporte (vapores) entregados por el consulado peruano en Iquique y Pisagua, miles iniciaron una marcha que para la mayoría fue sin retorno.
Con ello se fue una imagen de región: el Tarapacá del ciclo salitrero, pero si entendemos a la región como un espacio socialmente construido (Boisier; 1989 y 1990) y al regionalismo como un sentimiento, Tarapacá ha sido en su acontecer histórico producto de diversos constructos culturales y tenido distintos sentimientos asociados a ellos. El Tarapacá de nuestros días no es igual a aquel de los tiempos de la Conquista y Colonia cuando pertenecía a Arequipa, tampoco al Tarapacá peruano que formaba parte del Departamento de Moquegua, incluso ya poco queda del Tarapacá salitrero que se hermanaba con Antofagasta y Taltal.
La región así entendida, como un artefacto histórico y cultural, tiene un espacio funcional que es simétrico con el espacio de pertenencia territorial del sujeto, aquel espacio que define su identidad a nivel meso como: tarapaqueño, nortino, etc. Por tanto, la región más que un territorio es una percepción, una identidad.
Dicha percepción, dicha identidad, puede viajar con el sujeto a cualquier territorio porque está internalizada en su personalidad. Esa identidad llevó a los tarapaqueños a fundar en pleno centro de Santiago el famoso “Centro Hijos de Tarapacá”, como los tarapaqueños del Callao fundaron “La Sociedad Patriótica Tarapaqueña”.
Interesante es observar como en el caso de la identidad Tarapaqueña, tanto aquellos habitantes de origen peruano como de origen chileno, enfrentaron su identidad conflictivamente con la identidad nacional, por ejemplo, para los limeños el habla y las costumbres de los tarapaqueños del Callao eran “muy chilenas” (7); de igual modo, los tarapaqueños chilenos más de alguna vez han sido motejados de “cholos” por los santiaguinos.
Tarapacá entre 1830-1910 se distinguió por ser una región contenedora de migraciones venidas de los tres países vecinos y de todas las latitudes del mundo, pero también se caracterizó por una gran tolerancia étnica y de distintas nacionalidades, como por la existencia de organizaciones obreras y patronales internacionalistas, y la existencia de clubes sociales, escuelas e incluso curas peruanos y de otras nacionalidades. Tarapacá fue una región pluriétnica y plurinacional, rasgo que definió el carácter y personalidad del tarapaqueño de ese período. La Liga Patriótica (González y otros; 1994) y el clima nacionalista generado en la provincia, enfrentado a un siempre amenazador plebiscito por Arica-Tacna y por el siempre aludido “cautiverio” de Tarapacá, generó una ruptura definitiva en la percepción de la región.
Esa ruptura provocada en 191 1 por la acción del Estado chileno (a través de sus aparatos ideológicos, como la administración pública y la escuela fiscal) y la acción de la sociedad civil (a través de ciertos grupos organizados, como las Ligas Patrióticas), se prolongó hasta 1929, cuando un acuerdo entre ambos países dio por resultado un Tratado que, además de poner punto final al conflicto internacional entre ambos, terminó con el conflicto interno en Tacna, Arica y Tarapacá. En 1929 Tarapacá ya no era la misma provincia de 1911, se había transformado en una región chilena homogeneizada y asimilada a la identidad nacional, su multiculturalidad quedó oculta en ciertas identidades locales, esparcidas en la región y fuera de ella, una es la de los tarapaqueños del Callao en Perú.

BIBLIOGRAFÍA
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Arévalo, Patricia. Valle de Camarones: frontera sur en la percepción de un espacio funcional andino. Revista Frontera N° 12, UFRO; Temuco, 1993. pp. 109-120.
Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú, 1822-1933. Talleres Litográficos de la Edit. Universitaria, S.A.; Lima, 1968.
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--- Palimpsesto de las regiones como espacios socialmente construidos. En Territorio, descentralización y desarrollo regional en Chile. Edit. Pehuén, CEAL; Santiago, 1990. pp.23-62.
Góngora, Mario. Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX Editorial Universitaria; Santiago, 1990.
González Miranda, Sergio. Profesoras Peruanistas y Chilenizadoras en el Tarapacá Pre-Plebiscitario. En Boletín de Educación N° 28 Universidad Católica del Norte; Antofagasta, 1997. pp. 85-105.
--- El Poder del Símbolo en la chilenización de Tarapacá: violencia y nacionalismo entre 1907 y 1950. Revista de Ciencias Sociales N° 5, Universidad Arturo Prat,; Iquique, 1995. pp. 29-40.
González, Sergio; Maldonado, Carlos; Mac Gee, Sandra. Ligas Patrióticas. Un caso de nacionalismo, xenofobia y lucha social en Chile. Canadian Review of Studies in Nationalism, Vol XXI, N° 1-2; Canadá, 1994. pp. 44-56.
Palacios Rodríguez, Raúl. La chilenización de Tacna y Arica. 1883-1929. Colección Perú Historia. Edit. Arica; Lima, 1974.
Pereda, Rolando. Historia de las luchas sociales del movimiento obrero en el Perú Republicano. 1858-1917. EDIMSSA; Lima, 1982.
Pinto V., Julio y Valdivia O., Verónica. Peones chilenos en tierras bolivianas: la presencia laboral chilena. Antofagasta. 1840-1879. Población y Sociedad, diciembre, Nº2; 1984. pp. 103-132.
Troncoso De La Fuente, Rosa. La migración de los tarapaqueños peruanos a Lima: 1907-1920. Pontificia Universidad Católica del Perú, Mimeo; Lima, 1986.

NOTAS
* Sociólogo. Universidad Arturo Prat. Correo electrónico: sergio.gonzalez@unap.cl.

(1) El censo de 1876 destaca 33 naciónalidades reconocidas y el censo .de 1907 34 nacionalidades declaradas. Según el censo peruano de 1876, en la Provincia de Tarapacá hablan 38225 personas, de las cuales 9.664 eran de nacionalidad chilena (25,3%); 17.013 de nacionalidad peruana (44,5%) y 6.028 de nacionalidad boliviana (15,8%). Según el censo de 1907, los habitantes de la provincia eran 110036, de los cuales 66262 eran chilenos (60,2%); 23.574 (21,4%) peruanos, y 12.528 bolivianos (11,4%).

(2) El puerto más importante, Antofagasta, estaba completamente chilenizado como -a la inversa- el puerto de Cobija y Calama (en el interior de la provincia) eran predominantemente bolivianos.

(3) Existe una diferencia étnica entre los aymaras de la provincia de Arica y de la provincia de Iquique, teniendo por frontera linguistica a Guallatire, poblado andino-altiplánico, cabecera del valle de Camarones.

(4) Fueron los casos de Francisco A. Encina, Luis E. Recabarren, Alejandro Venegas, Tancredo Pinochet, Luis Galdames, Nicolás Palacios, etc.

(5) Existen dos Sociedades Patrióticas de Tarapaqueños, una en El Callao y otra en Lima.

(6) El mejor y más completo estudio sobre la migración y situación de los tarapaqueños refugiados, es la tesis de grado de la historiadora peruana de origen tarapaqueño (Troncoso; 1986).

(7) Incluso Jorge Basadre en su Historia del Perú relata una anécdota del presidente Billinghurst respecto de su «chilenismo».

sábado, 3 de abril de 2010

PORTADA REVISTA





El Tiempo en Iquique / Diego Arac


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ANTIGUO AEROPUERTO DE IQUIQUE Semáforo para Coches


Aeropuerto con Semáforo para Coches.

En esta foto de los años 50 se puede apreciar la aproximación de un bimotor en el aeropuerto de Iquique (Chile), lo más curioso de esta foto es que los vehículos debían esperar a que el semáforo se pusiese verde para poder pasar por la pista, a pesar de este curioso aeropuerto, nunca se reportaron incidentes, hoy en día el Aeropuerto Diego de Aracena (SLDA), se encuentra situado a 45Kms al sur de la ciudad.
El aeropuerto internacional de Iquique es uno de los más importantes de Chile y sirve a toda el área de la denominada I región, al norte del país. Además de varios vuelos de cabotaje, también cuenta con conexión internacional hacia algunos destinos internacionales como Santa Cruz de la Sierra, La Paz, Salta, Arequipa, Lima y Tacna. Más de 500 mil pasajeros lo transitaron en 2008. Luego de una remodelación y ampliación lo ubica entre los aeropuertos más modernos de Chile.

Nombre Oficial
Aeropuerto Internacional Diego Aracena
- ( Diego Aracena International Airport)



Código IATA: IQQ

Inauguración: 1973 con el nombre de Chucumata

Sitio Web Oficial:

Tel: +56 (0)57 410684 | 410787

Ubicación
El aeropuerto se ubica a 45 kilómetros al sur de la ciudad de Iquique

Cantidad de terminales - 1 - con 2 niveles, 2 mangas de embarque y 3 cintas para el trasporte de equipaje

Transporte
Autobuses, minibuses y taxis comunican al aeropuerto con la ciudad de Iquique. Duración del trayecto hasta el centro aproximada: 45 minutos.

Servicios
Cuenta con servicio de renta de autos de las compañías más reconocidas (Budget, Hertz). Contratar vehículo online

El aeropuerto de Iquique ofrece cajeros automáticos, sector Vip, teléfonos públicos y acceso a internet Wi-Fi
Gastronomía - restaurante, cafés y bares.
Compras - souvenirs, algunas tiendas, prensa y tabaco.
Equipaje - en caso de pérdida o daño total o parcial del equipaje a bordo, dirigirse con pasaje y ticket del equipaje declarado, al mostrador de la compañía aérea en cuestión o en su defecto en el mostrador de informes.
Otros Servicios - mostrador de informes.

Comodidades para minusválidos - Para aquellos pasajeros que requieran de atención especial como sillas de ruedas entre otros servicios, se recomienda coordinar previamente con su compañía aérea o de viajes.

Estacionamiento - El aeropuerto cuenta con playa de estacionamiento la cual se encuentra próxima a la terminal. Existen plazas reservadas para minusválidos.

Hoteles - No hay hoteles dentro del recinto.

RECOPILACIÓN DE FUENTES BIBLIOGRAFICAS



Recopilación de fuentes bibliográficas para la historia de Iquique

Autor: Carlos Donoso
Colección Estudios Regionales

Desde el último cuarto del siglo XIX, Iquique es el centro de la historia nacional. Todos los grandes movimientos sociales, económicos y políticos del Chile contemporáneo han sido gestados en esta ciudad y sus alrededores. Sin embargo, y a diferencia de las ciudades que rodean (de menor trascendencia histórica), Iquique carece de estudios históricos minuciosos que permitan comprender su pasado a cabalidad, sin caer en redundancias ni repetir mitos. Posiblemente esto se deba a que, hasta hace poco tiempo, no existían en la ciudad escuelas formadorasen el área y al hecho de que la labor investigativa quedaba en manos de aficionados, entusiastas pero sin mayor formación metodológica. Lo poco que conocemos de la hstoria de Iquique tiene que ver con el salitre, conflictos laborales, éxitos deportivos de alcnce relativo y la muy cuestionable creencia de que todo tiempo pasado fue mejor. Esto ha contribuido a crear, con el correr de los años, un relato idealizado que no se condice en lo absoluto con una realidad que habla de cortos ciclos de prosperidad y largos de profunda decadencia.

El objetivo de la presente recopilación es simplificar la tarea de historiadores e investigadores en la búsqueda de información impresa vinculada a la historia de Iquique, tanto a través de editoriales, como memorias y tesis universitarias.

GASTRONOMIA EN IQUIQUE



Al visitar Iquique, aparte de sus bellezas naturales, sus construcciones antiguas y la ZOFRI, es posible degustar exquisitos platos y comidas de la cocina tanto regional como internacional y lo que es mejor, a precios bastante asequibles.

Donde tomar desayuno : Sandwichs de pernil “Donde Juanito” antes de llegar al Terminal de Buses. La Ciocolatta, en Aníbal Pinto con Serrano, también exquisitos Almuerzos, jugos naturales, tortas y sándwiches fríos y calientes.

Jugos de la Zona : ”Tios jugos” en el 1er. piso del Mercado, donde podrán servirse tambien una Exquisitas Empanadas.

Pescados y mariscos en la ciudad : En el Mercado 2° piso Restaurant “La Toyita”. Restaurant “Neptuno” Riquelme con la Costanera. "Caleta de Mario" y "Don Rodrigo" en la Península de Cavancha.

Pescados y mariscos fuera de la Ciudad : Casa 7 en Caleta Los Verdes, a 20 kms. de Iquique. Especialidad en Pescado frito, mariscos, deliciosas empanadas, ceviche, pastel de jaiba, etc.

Exquisitos y tremendos hotdog : “El Dinámico” Sgto. Aldea entre Vivar y Barros Arana.

Comida china : Restaurant Pekín, Vivar esquina Bulnes. Muy rica, sana y abundante.

Almuerzos diarios en “El Corralero” Ramírez al llegar a Latorre. Buenos y baratos.

Pastas en la “Bomba Italia” Serrano esquina Obispo Labbe

Salir a comer : El Vagón, Thompson al llegar a la costanera y Taberna Barracuda en Ramírez esq. Gorostiaga. Platos regionales y de la cocina internacional exquisitamente preparados. Deliciosos tragos, ambiente acogedor. También muy bueno y entretenido el Pub Runas, a continuación de la Universidad Arturo Prat.

Con la simplicidad de una casa antigua remodelada, de esas que datan de los años del salitre, el restaurante Neptuno sorprende a sus comensales con los más exquisitos mariscos y pescados que abundan en las costas chilenas, sobre todo en las aguas de Iquique.

Ubicado en el centro de la ciudad, en la calle Riquelme, Neptuno cuenta con nueve años de experiencia y con más de 21 clases de pescados en su carta; es así como se ha convertido en un clásico gastronómico. No por nada amasa la bien ponderada denominación de picada, ya que sus platos son abundantes y sus precios no son elevados. ¿Un ejemplo? El consumo promedio de una pareja bordea los $8.000 pesos.

La frescura es otro de los imponderables del Neptuno en Iquique: su dueño es buzo de la zona y se preocupa, personalmente, de la calidad de sus productos.

Si eres un viajero que disfruta de la buena mesa, el Neptuno es una excelente alternativa para paladear los sabores de Chile, todo esto con una atención sin igual y con la calidad y abundancia que sólo Neptuno puede ofrecer.

Por N. Ramos

La foto “Neptuno Iquique-Paila marina with barnacle” corresponde a devinleedrew, bajo una licencia Creative Commons.

Consejo de la cultura. Información.


Fondo del libro

La creación literaria, perfeccionamiento, investigación, difusión de la actividad narrativa, promoción de la lectura y fortalecimiento de las bibliotecas públicas es una importante tarea de crecimiento país que el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) materializa a través del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, herramienta que financia becas, pasantías, premiaciones, proyectos, entre otros, para el desarrollo de la lectura, producción, formación de creadores y estímulo a la industria literaria chilena.

¿Quiénes pueden participar?
Creadores chilenos, sean personas naturales o jurídicas, residentes en el paíso en el extranjero y los extranjeros con permanencia definitiva acreditada en el país que cumplan con los requisitos exigidos en las bases del concurso público.

¿Qué promueve?
- Ampliación y mejoramiento de bibliotecas públicas
- cceso y apoyo a eventos e iniciativas itinerantes
- Becas a escritores profesionales y emergentes
- Apoyo a la edición y promoción de libros de valor patrimonial y bilingues (lenguas de pueblos originarios y sistema Braille), apoyo a ferias del libro y promociones en el extranjero.
- Formación profesional
- Investigación
- Difusión en medios

http://www.consejodelacultura.cl/portal/index.php

Concurso de proyectos
Estructura su concurso de proyectos a través de las siguientes 6 líneas de postulación:

1. Línea Fomento del Libro financia Proyectos de edición, difusión e investigación cuya finalidad sea la de fortalecer a la comunidad creadora, critica y difusora de obras de autores chilenos, incluidas las publicaciones científicas, académicas o profesionales. Se reestructura la modalidad de promoción y difusión de libros chilenos para mercados nacionales e internacionales.

2. Línea Fomento de la Lectura financia iniciativas destinadas al público lector con el fin de promover o animar la lectura en la comunidad, ya sea a través de eventos, promoción, investigación u otras actividades.

3. Línea Fomento Bibliotecario financia las iniciativas destinadas al mejoramiento, equipamiento o adquisición de nuevo material para bibliotecas públicas, comunitarias o de Corporaciones o fundaciones abiertas al público que permitan el acceso gratuito al público.

4. Línea Apoyo a la Difusión y las Comunicaciones financia proyectos destinados al fomento del libro y la lectura mediante publicaciones, emisiones y/o desarrollo de contenidos en medios de comunicación escritos, electrónicos, radiales y audiovisuales. Incorpora además la modalidad de difusión de iniciativas y servicios destinados al fomento del libro y la lectura utilizando distintos medios incluyendo los no tradicionales.

5. Línea Fomento al Perfeccionamiento financia proyectos cuya finalidad sea incrementar sus conocimientos profesionales, el perfeccionamiento en el oficio, y sus competencias académicas, artísticas y culturales -en instituciones nacionales - a través de postgrados, seminarios, encuentros, cursos y talleres, referidos explícitamente a la animación y promoción de la lectura, la edición, la crítica y creación literarias, gestión de recursos bibliográficos, dramaturgia, traducción literaria, y de la conservación y restauración del patrimonio bibliográfico. En el extranjero solo se financiaran pasantías en las áreas mencionadas, las becas de formación de postgrado en el extranjero serán financiadas a través de fondos administrados por Conicyt.

6. Línea Fomento a la Creación Literaria financia a escritores y escritoras para desarrollar un proyecto de creación en los géneros de novela, cuento, poesía, ensayo de crítica y creación literaria, dramaturgia (teatro), géneros referenciales (crónicas, memorias, testimonios) y literatura para niñas y niños. Se consideran categorías para escritores emergentes y profesionales.

FONDOS CONCURSABLES
Fondart
Fondo del Libro
Fondo de la Música
Fondo Audiovisual
Fondo Nacional de Escuelas Artísticas

INFRAESTRUCTURA
Programa de Centros Culturales
Red de Gestión Cultural

BICENTENARIO
Centro Cultural Gabriela Mistral
Chile+Cultura
Congreso de la Lengua Española
Trienal de Chile

Educacion
Patrimonio
Escuelas de Rock
Bafona
Orquesta de Cámara
Carnaval
Centex
Okupa

APOYO A LA CREACIÓN
Artes Visuales
Teatro
Danza
Fotografía
Artesanía
Consejo del Libro
Consejo de la Música
Consejo Audiovisual

CHILE MÁS CULTURA
El programa
Procesos participativos
Fiestas
Calendario

PATRIMONIO
CREANDO CHILE EN MI BARRIO
El programa
GALERÍA GABRIELA MISTRAL
ESTUDIOS

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viernes, 2 de abril de 2010


OFICINA SALITRERA VICTORIA


SOY PAMPINO

Para todas aquellas personas que se sientan identificadas con las salitreras y en especial con la Oficina Salitrera Victoria.


Himno a Victoria:

Compartiendo la sal y la arena
En la pampa del tamarugal
Una luz de la raza chilena
Sin reposo se ve trabajar
Oficina Victoria te llamas
Y tu nombre es emblema cabal
De que sigue creciendo la llama
Del amor por la patria ejemplar

Coro

Adelante salitreros
Que el empuje tenaz
Que es espejo de un pasado
De grandeza sin igual
Todo Chile nos aplaude
Con afecto y lealtad
Y si tu nombre es Victoria
La victoria volverá
No dejemos que el sol de la pampa
Nos impida el esfuerzo mostrar
Ni en las noches los hielos de invierno
Hagan mella en nuestra voluntad
Somos rotos chilenos del norte
Somos gente sencilla y leal
Que en la plena aridez del destino
Por la patria sabemos luchar

Coro

Adelante salitreros
Que el empuje tenaz
Que es espejo de un pasado
De grandeza sin igual
Todo Chile nos aplaude
Con afecto y lealtad
Y si tu nombre es Victoria
la vioctoria volverá.

Autor:

Santiago Polanco N. (ver menos)
Para todas aquellas personas que se sientan identificadas con las salitreras y en especial con la Oficina Salitrera Victoria.
Himno a Victoria:

Compartiendo la sal y la arena
En la pampa del tamarugal
Una luz de la raza chilena
Sin reposo se ve trabajar
Oficina Victoria te llamas
Y tu nombre es emblema cabal
De que sigue creciendo la llama
Del amor por la patria ejemplar

Coro

Adelante salitreros
Que el empuje tenaz
Que es espejo de un pasado
De grandeza sin igual
Todo Chile... (ver más)
Privacidad:
Abierto: todo el contenido es público.

http://members.fortunecity.es/resmy/salitreras.htm

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COLABORADORES

Quieres colaborar con nosotros?, envíanos un artículo, fotografías históricas, turísticas de tu zona o un video, participa, anímate…

Recepción de colaboraciones: jcnunezcosming@hotmail.com

CENTRO HIJOS DE TARAPACA

Requiere de colaboraciones para su nueva Revista CENTRO HIJOS DE TARAPACA
CLUB CREADO HACE MUCHOS AÑOS CON PERSONALIDAD JURIDICA QUE JUNTA A TODOS LOS PAMPINOS E IQUIQUEÑOS, TAMBIEN AL QUE QUIERA PARTICIPAR EN LOS HIJOS DE TARAPACA
Escanilla 525 Independencia y Rosa Rodríguez 1375, ofic.607 Santiago, Chile

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Vista de Iquique. 1863
Paz Soldan. Geografia del Peru. Paris, 1863, F. Delamare. Imp. Augte. Bry, rue de Bac, 114, Paris. (Paris: Libreria de Augusto Durand, 1865)
Fecha 1865
Fuente: Cartography Associates - Atlas geografico del Peru, publicado a expensas del Gobierno Peruano, siendo Presidente el Libertador Gran Mariscal Ramon Castilla, por Mariano Felipe Paz Soldan. Paris, Libreria de Augusto Durand, Calle de Gres-Sorbonne, 7. 1865. Paris. - Imprenta de Ad. Laine y J. Havard, Calle des Saints-Peres, No. 19.
Autor Paz Soldan, Mariano Felipe (1821-1886)

IQUIQUE
Sobre una plataforma estrecha y alta entre la cordillera de la Costa y el mar, surge Iquique, ciudad puerto y comuna capital de la I Región de Tarapacá, Chile. Desde 1.975 goza del estatuto de zona franca, por lo que recibe turismo interno regional y externo, procedente de países limítrofes. Esto ha motivado el llamado “Tour de Compras”. Desde esa época fue iniciada una revolución urbana, con el revalúo del barrio histórico y la costanera, que hoy es un sitio dinámico con servicios de muy buen nivel.
La historia de Iquique cuyo nombre significa “donde duermen la aves y los lobos” se remonta a la colonia, en las islas cercanas la explotación del guano, ocasionó el ingreso de esclavos. La mina de plata de Huantajaya comenzó a generar riqueza en el siglo XVIII, pero el salitre fue su detonante económico. Las oficinas salitreras congregaron población extranjera con intereses directos en ellas, o en el ferrocarril. La Guerra del Pacífico tuvo aquí uno de sus escenarios más importantes; el combate naval del 21 de mayo de 1.879 y la muerte del héroe nacional Arturo Prat. Sus restos junto a los de otros patriotas, descansaron en la iglesia hasta 1.888, fecha en que fueron trasladados con una gran ceremonia a Valparaíso.

En la ciudad de Iquique se destacan sus hermosas playas, como Playa Brava muy concurrida por cierto, Playa Cavancha, que es la más popular de todas por poseer cálidas aguas y palmeras. La costanera tiene acceso a varias plazas con buenos servicios y termina en el cerro Dragón con duna de varios kilómetros de largo, donde parapentistas y aladeltistas se reúnen para practicarse este deporte de aventura, además, de aquellos que desean realizar paseos en vehículos todo terreno.
El Barrio Histórico y su muelle techado para pasajeros; el edificio de la Aduana de estilo barroco, con torre mirador al centro de planta octogonal y patio interno a dos niveles, además aloja al Museo Naval. Otro atractivo turístico es el mercado portuario, donde podemos degustar de los más frescos pescados y mariscos.

En el centro paseando por la calle Baqueano, podremos disfrutar de hermosas mansiones construidas en madera, cuyo estilo responde a la influencia palladiana que testimonian la época del auge salitrero. La plaza Arturo Prat, tiene un hermoso diseño, con palmeras y está rodeada de edificios notables como el Teatro Municipal de dos pisos, monumento nacional de estilo neorrenacentista, construido con tabique de madera y forrados en caña de Guayaquil estucada con yeso, obra del arquitecto Bliederhauser.

El símbolo de la ciudad lo constituye la Torre del Reloj que data de 1.877, está construido en madera realizada en tres niveles, apoyados en una base de arquería de estilo neogótico. Otro edificio de principios de siglo es el Centro Español de estilo mudéjar, donde luce el trabajo estucado y la madera policromada. Está decorado con grandes óleos que contienen escenas del Quijote. La Estación Central monumento nacional; con un grupo de edificios ferroviarios conforma un conjunto realizado en madera de pino de Oregón. El estilo es palladiano y su construcción debe asociarse a la historia del salitre y a John North, quien trabajó en Iquique para emplazar el ferrocarril ingles, que despachaba al puerto la producción de salitre que también pertenecía a capitales británicos.
En Zofri donde se localiza la Zona Franca, al norte de la ciudad, hay bodegas donde se almacenan los más diversos productos que aquí se ofrecen. También, existe un mall para la compra en detalle de perfumes, electrodomésticos, electrónica, computación, cigarrillos, juguetería, vestuario, etc. Hay alrededor de 500 tiendas que ofrecen ésta variedad de productos, además de muchos otros en venta al por mayor y al detalle, servicios bancarios y restaurantes.

Iquique también ofrece diversión nocturna y variada sobre la costanera donde podemos pasar un rato en el casino probando nuestra suerte, o simplemente tomar un trago en algún bar escuchando buena música, y si esto es poca diversión nocturna podemos asistir a los espectáculos que se realizan en los pubs, además disfrutar en algún restaurante de la zona de algún exquisito plato de esta región, ir a boliches bailables, etc.
La ciudad posee una adecuada infraestructura hotelera para satisfacer todos los gustos y presupuestos, desde sencillas residencias hasta hoteles 5 estrellas. En gastronomía, la diversidad de culturas que conviven en Iquique, gracias a la actividad comercial de Zofri, ha permitido el surgimiento de restaurantes que ofrecen los más típicos sabores de la cocina china, japonesa, italiana, española, mexicana, peruana y brasileña, así como también platos típicos de la zona, especialmente pescados y mariscos.

Iquique fue la capital del salitre, una enorme riqueza, que llegó a producir el 51% de los ingresos por impuestos de Chile. Las primeras explotaciones comenzaron en el año 1810 el área de Zapiga, luego se descubrió salitre al interior de Antofagasta y Tocopilla y finalmente al interior de Taltal.
Cada año, durante los días 15 y 16 de noviembre la comunidad de los ex salitreros se reúne y realiza una serie de actividades con el fin de recordar los pasados tiempos vividos cuando el salitre era su sustenta.
Durante la Fiesta del Salitre de Iquique se llevan a cabo misas, alegres bailes, divertidos show, actos cívicos y visitas a diferentes sitios de interés turístico y cultural en la salitrera.

Fiesta Religiosa a la Virgen del Carmen en La Tirana
En La Tirana se realiza la fiesta religiosa en honor a la Virgen del Carmen de La Tirana (ver fiesta de la Tirana Chica en Chile) el 16 de julio del 2008 y de cada año
La Tirana se ubica a 72 km. al sureste de la ciudad de Iquique, a 20 km. de Pozo Almonte y a 1.773 km. al norte de Santiago y a 995 metros de altitud.

Entre el 12 y 18 de julio de cada año cobra vida para recibir a miles de visitantes que llegan hasta el lugar para apreciar la fiesta en veneración de la Virgen del Carmen. El día de mayor apogeo es el 16 de julio.

El lugar, destaca por su Iglesia que bordea la Plaza de Armas. A un costado se ubica el Museo de La Virgen de la Tirana donde se guardan las ofrendas entregadas a ella.
Lo más llamativo son los bailes que se realizan en sus días de fiesta, cofradías venidas en su mayoría de Arica, Iquique, Tocopilla y Calama. La danza es acompañada por diversos instrumentos como trompetas y pitos. Los participantes se visten con trajes de colores. Se dice, según investigadores, que estos bailes provienen de ritmos ancestrales de las ceremonias incas con señas de otras culturas andinas.
Llegando a Pozo Almonte hay que seguir por la misma Panamericana en dirección al sur, y en el kilómetro 9, tomar el desvío hacia Pica; en 11 km. más estará en la Tirana. De Pozo Almonte a la Tirana existe transporte público regular y fluido durante la fiesta.

Fiesta de Santo Tomás en Iquique
Iquique es uno hermoso destino turístico de Chile, que constituye una magnífica propuesta al momento de realizar sus viajes. Contando los múltiples y variados atractivos turísticos de Chile, entre los cuales se destacan sus tradicionales fiestas religiosas.
Una de las fiestas de las que usted puede disfrutar durante sus estadías en Iquique, es la Fiesta de Santo Tomás, que se lleva a cabo en el mes de junio, a cargo de un alférez, que se hace cargo de toda la fiesta y de la alimentación de los invitados.

En la víspera se realiza una misa, luego de la cual se da comienzo a la fiesta, que se prolonga durante toda la noche, en espera de la “rompía” del día, que se produce a las seis de la mañana. Durante ese día se realiza un recorrido por todo el pueblo con una banda instrumental, se reparte chocolate caliente en la plaza, se realiza una procesión por las calles del pueblo con la imagen del Santo, se realiza un almuerzo, y luego comienza el momento del baile, hasta altas horas de la noche.
Iquique: Palacio Rimac

Iquique es un hermoso destino turístico de Chile dentro de Chile al que puede programar sus viajes de vacaciones, ya que en esta ciudad podrá encontrar un sinfin de atracciones turisticas de chile que le permitirán vivir hermosas experiencias, además de brindarle los mejores hoteles y servicios para disfrutar de excelentes estadías.

Navidad de los Pastores en Iquique
La Navidad de los Pastores es una manera de celebrar la Navidad muy tradicional y propia de Iquique, Chile.
Durante los festejos los “Pastores” o agrupaciones de bailes religiosos, con vestimentas tradicionales y al son de grupos de “Lakas” (músicos con instrumentos andinos, principalmente zampoñas), van recorriendo la ciudad en busca de los “nacimientos.
Los Pastores sacan la imagen del niño a la calle y le bailan con devoción, hacen una breve oración y lo regresan a su pesebre. Luego se dirigen a la siguiente vivienda.
Estos grupos de pastores, bailan desde el 25 en la madrugada, hasta el día 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.
Por último el día 6 de enero se reúnen todos en el Templo de la Tirana a conmemorar el día de Pascua de los negros.

A los héroes de la pampa, Cantata Sta. Maria de Iquique.

En el año 1970 el compositor nacional Luis Advis en conjunto con Quilapayún, nos entregaba uno de los mejores discos de la música chilena de todos los tiempos, una épica y emotiva grabación que inmortalizaba uno de los momentos mas terribles y olvidados (por algunos) de nuestra historia.

La Cantata de Sta. Maria de Iquique ha estado viva en mi retina desde la infancia, desde esos años 80, en plena dictadura militar, cuando mi padre me invitaba a oír esa majestuosa obra que nos recuerda un pasado terrible y angustioso de nuestra memoria nacional, un pasado que en esos momentos era palpable en los peores años del régimen con desapariciones, protestas y violaciones a los derechos humanos, en esos años cuando yo confundía el sentido de la obra y lo relacionaba en mi ingenua visión al gobierno de Pinochet, estaba equivocado pues se refería a una de las peores matanzas de la historia perpetuada por otro genocida, el presidente de la época en que se sitúa la historia, (1907) Pedro Montt.
Este conmovedor trabajo segmentado en 18 partes, potente y perpetuo es quizás el primer gran icono de nuestra música popular que nos recrea una historia secuencial, conceptual de 37 minutos de duración, en la cual encontramos un texto lineal, punzante, una prosa emotiva y carismática. Cada tema y cada palabra van unidas y ligadas a un hecho central, tal como años más tarde Los Jaivas recrearían en el formato de “Alturas de Machu Pichu” y como en diferentes latitudes hacían otras bandas, solistas y agrupaciones en distintos estilos musicales (Operas rock, discos conceptuales), y sobre otros temas, es por eso y muchos otros factores que esta obra es una joya de la música chilena y latinoamericana. No sólo hay folklore presente, hay vanguardismo, canto religioso y música docta, todo resumido en esta fundamental grabación.

Es conocida la historia de la matanza de la escuela Santa Maria de Iquique, y quizás es Luis Advis la persona que nos ayudó a no olvidar este hecho, Advis también es parte de la rica tradición artística de nuestro país y uno de los músicos que más ha marcado los sonidos de factura nacional. Creo que “La cantata” es el disco que primero sonó en mis oídos y que me marcó profundamente con su desgarrador canto, es imposible olvidar
textos como:
“Vamos mujer, partamos a la ciudad / Todo será distinto, no hay que dudar. No hay que dudar, confía, ya vas a ver, porque en Iquique todos van a entender”
Esa estrofa recalca fielmente el pensamiento de los mártires pampinos caídos en esta locura asesina: confiados marchaban a la ciudad creyendo erróneamente en soluciones que no llegarían, las mismas que muchos sectores de nuestra sociedad esperan hoy en día, han cambiado las cosas pero los problemas de fondo se mantienen, claro de diferente manera pero problemas al fin y al cabo.
“soy obrero pampino y soy tan revie’
tan reviejo como el que más, y comie’
y comienza a cantar mi voz, con temo’
con temores de algo fatal. Lo que sien’
lo que siento en esta ocasión lo tendré
lo tendré que comunicar, algo tri’ algo triste va a suceder,
algo horri’ algo horrible nos pasará.”
El obrero, ya va ideando y tartamudeando su cruel destino, está en su piel ese final desgraciado que marcará como el sol y el polvo del desierto un desenlace injusto e infame, Advis se equivocaba tal vez en la cifra de 3.600 caídos, la cantidad es discutida hasta hoy en día y se comenta en aproximadamente los dos mil y algo fallecidos, pero no estaba equivocado en inmortalizar una historia como la que nos recrea, una historia que como nos señala en otro pasaje de la obra “por más que el tiempo pase no hay nunca que olvidar” y es así como debe de ser.
El desierto y su grandeza, ese desierto lleno de colores, incomprendido, solitario y silencioso, ese por el cual han pasado desgracias y por el que nuestro país (acompañado de empresarios ingleses y gringos) se ha enfrascado en luchas y enriquecido gracias al salitre y el cobre, ese desierto mudo y transitado actualmente por indocumentados y burreros, el que esta sembrado por minas antipersonales y sobre el cual muchos han escrito, visitado y homenajeado como Jean-Luc Ponty y su “Acatama experience” (en realidad era Atacama pero un error de redacción lo dejo mal escrito) ese gran espacio de arena, sueños, piedras y salares, que se convirtió en el escenario de este cruel evento del que nadie se quiere abstraer de conocer y comprender, me ha llevado a acrecentar mi admiración por Quilapayún, por Advis, por la pampa y por nuestra música, pero ese lugar inhóspito y enigmático que tan bien caracterizaron musicalmente se ha convertido en un destino obsesivo para mi, es por eso que espero llevar una velita a la Sta María de Iquique para rendirle un homenaje a esos mártires que se revelaron en contra de toda una forma de vida y de un sistema feudal, tiránico, a un sistema del cual muchos no podimos arrancar, un homenaje a ellos si tuvieron el coraje de levantar la voz hace ya 102 años, lamentablemente su pago fue la muerte.


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BIENVENIDOS